Las medidas anunciadas, en sede parlamentaria, por el consejero Sr Darpon para reducir las listas de espera quirúrgica en Osakidetza son viejas antes de estrenarlas. No hay mucha innovación. Son recetas casi tan antiguas como la propia Osakidetza, y a día de hoy no han demostrado su eficacia.
Unas medidas que vienen precedidas de ciertas dosis de autobombo del sr consejero. A Osakidetza le gusta recordar cómo su gasto sanitario por habitante es el más alto de las 17 comunidades autónomas, ocultando que, en relación a la Unión Europea, el gasto sanitario del Estado español es el tercero más escaso, y que el de la CAPV sería el cuarto. Así, el gasto sanitario medio por habitante, en el conjunto de la Unión Europea (UE) supera en 59€ al nuestro.
El PIB per cápita en Euskadi es de 31.805€. Para ESK compararnos con CCAA a las que doblamos en este concepto es un método de análisis tramposo. Si nos comparamos con Francia, donde el PIB per cápita es más parecido al nuestro, 33.300€, nos damos cuenta de que mientras nuestra inversión en salud por habitante es de 1619€, Francia invierte 2886€. Los planes de mejora hay que hacerlos siempre mirando hacia delante, no hacia atrás.
Ante la situación de las listas de espera en Osakidetza, el consejero vuelve a plantear como medida estrella la autoconcertación o el pago de horas extras. Una medida que se implantó en 1992 y que lejos de acabar con las listas de espera las ha cronificado permitiendo sobresueldos para algunos colectivos, fundamentalmente facultativos. Una medida vieja, insolidaria e ineficaz.
¿Se puede, Sr consejero, estar satisfecho con una, medida que a 25 años de su implantación ha demostrado sobradamente que no funciona? ¿Se puede estar satisfecho con una gestión de las listas de espera manipulada a capricho? No se puede estar satisfecho cuando en Cruces la espera para una consulta de traumatología es superior a un año y en Basurto al menos de 9 meses. Ni cuando la espera para una Resonancia Magnética es de 4 meses. Tampoco se puede estar satisfecho de una autoconcertación que fomenta el destajismo, aumentando el riesgo de errores y mermando drásticamente la calidad en la atención.
La otra medida aportada es la concertación o derivación a centros privados, si bien esta partida no ha aumentado en los últimos años, es una partida muy considerable que se detrae del presupuesto público (350 millones de euros) y que recae en un grupo de centros, algunos de los cuales su mayor porcentaje de actividad proviene de Osakidetza.
Nos causa preocupación que el consejero deje la puerta abierta a la concertación con la sanidad privada en momentos de supuestos picos de demanda asistencial. Unos picos de demanda asistencial muy frecuentes en situaciones estacionales y, por tanto, de fácil planificación; y que determinadas especialidades podrían usar para una mayor derivación en un futuro.
Durante su comparecencia todo son bondades. No hay ninguna autocrítica a la situación real de Osakidetza. Usted está instalado en una realidad virtual que nada tiene que ver con lo que a diario sufrimos el personal en Osakidetza: falta de personal en los servicios, recortes en la contratación para cubrir bajas por enfermedad, vacaciones o ausencias del personal, cierre de camas, saturaciones en las urgencias hospitalarias, sobrecarga de trabajo. Una situación que genera estrés y angustia por la posibilidad del aumento de errores en los trabajadores y trabajadoras y, por supuesto, un deterioro de la calidad del servicio que usted dirige.
Con esta predisposición a la autoadulación es difícil que se plantee soluciones a los problemas que tiene Osakidetza, desde ESK le sugerimos algunos:
• Explorar nuevas vías, más eficaces y eficientes, para reducir las listas de espera. Una de ellas, propuesta por la parte sindical hace mucho tiempo, es planificar, conjuntamente con el Departamento de Educación, el aumento de Plazas Formativas para Personal Facultativo, que sirva para cubrir las necesidades actuales y futuras.
• Establecer en los hospitales jornadas de trabajo para el personal facultativo con turnos como el resto de personal, que permitan eliminar las guardias médicas y optimizar el rendimiento de las infraestructuras.
• Programación quirúrgica de los quirófanos en turnos normalizados de mañana y de tarde, optimizando recursos e impidiendo la autoconcertación y las horas extras.
• Una mayor inversión, especialmente, en el sector de Atención Primaria, en Salud Pública y en hospitales y camas de subagudos, para dar una atención de calidad y poder responder a las necesidades crecientes en salud de la población, cada día más agravadas por la crisis económica.
• Creación de empleo y una contratación suficiente y de calidad que nos permita mejorar la Asistencia Sanitaria que prestamos a la Ciudadanía Vasca.
ESK denuncia unas medidas obsoletas, que no van a resolver el problema de las listas de espera. Mucho nos tememos que supondrán un sobresueldo para algunos colectivos y mejorará los beneficios de empresas a las que solo les mueve el lucro y la obtención de beneficos. En definitiva, unas medidas viejas, insolidarias e ineficaces, que provienen de un Consejero con un amplio currículo en liderar una de las mayores Empresas Privadas de Sanidad Privada.