Hoy ha sido el día. Estaba tardando en llegar la palmadita en la espalda. La Dirección del hospital de Basurto nos trata como a niños agradeciendo nuestro trabajo e implicación con una carta ayer y pastelitos hoy.
Pues muy bien, gracias, pero no es esto lo que necesitamos. El trabajo e implicación no es algo que necesite ser premiado. Llevamos toda la vida trabajando así, con la misma implicación no lo sabemos hacer de otra manera.
No necesitamos agradecimientos. Necesitamos reconocimiento, y el reconocimiento precisa conocimiento de los servicios. La urgencia es un servicio que trabaja bajo mínimos de personal durante todo el año, agravándose la situación los fines de semana, dónde a pesar de que la afluencia de pacientes no disminuye, la plantilla, incomprensiblemente, sí.
En los periodos epidémicos, a pesar de que hay previsiones de repuntes de demanda asistencial, no se refuerza la plantilla. Ese personal, que ya está bajo mínimos durante el año, debe afrontar cargas brutales de trabajo con los mismos efectivos. Ya si sale en la prensa la situación desbordada de la urgencia se toman medidas urgentes de refuerzos de algunas categorías y de apertura de camas.
Si queréis reconocer nuestro trabajo, no nos mandéis pasteles, por favor. Adecuad la plantilla a las necesidades y a las cargas de trabajo, contratad ausencias desde el primer día, respetad nuestros derechos, tomad medidas acordes con las previsiones de los epidemiólogos y entonces las agradecidas seremos nosotras.