El pasado viernes, 28 de octubre, Osakidetza al fin abonó la Carrera Profesional. Nos alegramos porque es el fruto de una larga lucha de los y las trabajadoras de Osakidetza, con la aportación decisiva de ESK.
No en vano, más de 500 trabajadoras confiaron en nosotras e interpusieron aquellas reclamaciones que abrieron la puerta a la apertura de la Carrera Profesional. Desde ESK queremos agradecer una vez más la lucha de estas personas. Fue su determinación e impulso, junto con la Sentencia 51/20 del 23 de noviembre de 2020 ganada por ESK, la que obligó a Osakidetza a abrir una nueva convocatoria.
Pero al mismo tiempo sentimos la frustración de los cientos de compañeros y compañeras a las que las injustas bases han dejado fuera.
Y no sólo es eso, desde ESK queremos denunciar la discriminación que se produce en dicho pago al abonar dicho concepto en proporción a las reducciones de jornada. Sabemos bien que dichas reducciones son solicitadas mayoritariamente por las mujeres ya que son ellas, mayoritariamente, las que siguen haciéndose cargo de las tareas de cuidados en el ámbito privado.
ESK insta a Osakidetza y los sindicatos que con su firma legitiman estas actuaciones a que lleven adelante una reflexión profunda en relación con la discriminación de género salarial de la que no es ajena la propia Osakidetza, tal y como recoge su tardío I Plan para la Igualdad, en el que reconoce que, con fecha de 2019, la brecha de género salarial en Osakidetza era del 20,40%. Mucho nos tememos que con actuaciones como esta dicha brecha se incremente.
Si algo nos ha enseñado el feminismo, es que la sociedad heteropatriarcal, en alianza con el capitalismo dominante, necesita de la explotación de la mujer para seguir reproduciendo su perverso mecanismo de acumulación capitalista y, dentro de esta estrategia, la imposición de los cuidados en el ámbito de lo privado a las mujeres, junto con su discriminación salarial es una de las herramientas fundamentales para perpetuar esta situación.