Nos encontramos en período concentrado de elecciones y los sindicatos engrasan y preparan su maquinaria electoral, no en vano se van a renovar el 47% de los y las delegadas en toda Euskadi.
Las elecciones sindicales son fundamentales, es el único momento en el que las personas trabajadoras pueden elegir a su representación, legitimando a los diferentes sindicatos en su lucha diaria, momento único que se da cada cuatro años, ¿o no?
No en Osakidetza al menos. Una empresa que emplea a más de 35.000 personas no ha celebrado elección alguna desde 2013.
Situación anómala donde las haya, avalada por la desidia de Osakidetza y la inacción de los sindicatos mayoritarios.
ESK lleva años denunciando esta situación y reclamando el ejercicio democrático que todos reclamamos en empresas como Mercedes o Michelín y en Administraciones Públicas como el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
Y no solo eso, ESK ha intentado impulsar procesos electorales en diferentes ámbitos de Osakidetza, procesos que han sido sistemáticamente impugnados no sólo por Osakidetza, cosa más que esperable, sino por el resto de los sindicatos. Los últimos, el pasado 21 de octubre, preavisos que han vuelto a ser impugnados por ELA, SATSE, LAB, SME, UGT, CCOO y UTESE; de la mano de Osakidetza.
Desde ESK nos volvemos a preguntar qué intereses unen a estos sindicatos con Osakidetza, por qué lo democrático para el resto de las empresas no sirve para Osakidetza, qué ganan estos sindicatos aferrándose a sus cargos, qué legitimidad tiene para negociar en nombre de una plantilla que no los ha elegido.
ESK no puede consentir esta anomalía democrática y seguirá todas las vías a su alcance para dar voz a la plantilla.