El pasado 3 de mayo, las diferentes CCAA remitieron al Ministerio de Sanidad, en base a la Orden SND/387/2020, las propuestas de transición hacia un “nueva” normalidad. Dichas propuestas deben incluir un análisis de las capacidades estratégicas del sistema de Salud, especialmente en el ámbito de la Atención Primaria.

En este contexto, el 8 de mayo, la Consejera de Salud del Gobierno Vasco se apresuró a enviar la propuesta que ha llevado a Euskadi a la Fase 1 de desescalada. En esta, y siguiendo la estela del Ministerio, se realiza una “apuesta” por la Atención Primaria, haciéndola parte fundamental en el diagnóstico precoz de COVID-19 y posterior control y seguimiento, tanto de los casos positivos, como de sus contactos, apelando a un supuesto refuerzo, tanto en recursos humanos como materiales. Pero la AP siempre ha estado ahí, en primera línea desde el inicio de la pandemia, sólo se dan cuenta de que también es esencial cuando hay que añadir más trabajo a la sobrecarga habitual.....o cuando se moviliza.

Para ESK, la adaptación del protocolo de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica en Euskadi, fechado el 13 de mayo y aún por desarrollar, llega tarde, teniendo en cuenta la fase de desescalada en la que nos encontramos.

¿De dónde salen las Enfermeras Gestoras? ¿Acaso pretende Osakidetza desplazar enfermeras de otros recursos asistenciales? ¿las enfermeras de los EAP van a poder asumir la labor de apoyo que se les asigna en el plan?, máxime teniendo en cuenta su actual carga de trabajo. ¿Y el resto de categorías? ¿Acaso la señora Murga desconoce la composición y funcionamiento de los Equipo de Atención Primaria? ¿Acaso pretende Osakidetza y el Departamento de Salud realizar un correcto diagnóstico, control y seguimiento del coronavirus solo con 34 enfermeras gestoras?.

Osakidetza no garantiza la disponibilidad de suficientes EPIs para realizar todas las pruebas necesarias para el control de esta pandemia, ni los medios para la correcta atención a los pacientes sospechosos, ni para los desplazamientos a los domicilios de forma segura, etc.

Mucho antes de esta pandemia, la Atención Primaria exigía un refuerza de sus Equipos; ESK quiere recordar a la señora Murga que hace menos de un año, esta plantilla estaba en pie de guerra, realizando manifestaciones y hasta tres huelgas, por el deterioro a la que Osakidetza y la Consejería de Salud sometían y someten a la Atención Primaria; reivindicaciones recogidas en la Plataforma de trabajadoras y trabajadores constituida por sindicatos y Lehen Arreta Arnasberritzen, y que podemos resumir en la necesidad de potenciar y cohesionar los Equipos de Atención Primaria, integrando a todas las categorías presentes en nuestros Centros de Salud, en un aumento de la dotación presupuestaria, que lleve a un aumento del personal que presta sus servicios en Atención Primaria, así como de los recursos materiales para llevar adelante la labor de dichos Equipos. Todo esto con el fin de dignificar y potenciar el papel clave que tiene la Atención Primaria en la Promoción de la Salud y la Prevención de la Enfermedad. Reivindicaciones que entonces no obtuvieron respuesta por parte de Osakidetza. Ni siquiera hubo una evaluación de riesgos psicosociales con las medidas correctoras para subsanar tantas deficiencias, ¿ahora nos tenemos que creer que van a hacer algo cuando no les ha preocupado nuestra seguridad y protección ante el virus?

Para ESK, este protocolo no da respuesta ni a las pretensiones del Departamento de Salud, ni a las necesidades que requiere la Atención Primaria para un correcto seguimiento y control de la actual Pandemia; y mucho menos va a ayudar a mejorar el déficit histórico al que el Departamento de Salud le ha sometido.

ESK exige un compromiso serio por parte de la señora Murga, que lleve aparejado una dotación presupuestaria adecuada, un aumento de los recursos humanos y materiales para potenciar y dignificar la Atención Primaria, y así prestar el servicio que los y las ciudadanas de este país nos merecemos.