Desde el punto de vista Sanitario, es evidente que nos enfrentamos a un problema de Salud Pública. Nos encontramos frente a un virus nuevo cuya capacidad de contagio, a pesar de la alarma mediática que se está produciendo, no parece extremadamente superior a otras infecciones víricas del tracto respiratorio, y su tasa de letalidad tampoco supera hasta la fecha la de afecciones similares.
Desde ESK queremos recalcar y alabar el esfuerzo que todo el personal sanitario está realizando para controlar y tratar este virus, máxime cuando nos encontramos en una situación en la que desde hace años, y como viene denunciando ESK, las plantillas están muy mermadas; y cuando decimos todo el personal, nos referimos a todas las categorías y todas las personas que trabajan en nuestros Centros, desde el personal médico, hasta operarias de servicio, incluyendo a compañeras y compañeros que realizan sus tareas en Empresas Subcontratadas por Osakidetza, como el personal de la Red de Transporte Sanitario o personal de limpieza.
Si algo ha mostrado esta crisis, es que los Sistemas Públicos son los garantes para hacer frente a situaciones de este tipo, no hay más que mirar a la Comunidad de Madrid, donde los Hospitales Privados campan a sus anchas, mientras el peso de da la asistencia recae sobre el Sistema Público. Sistema que, en Euskadi, a pesar de los intentos privatizadores del PNV y sus acólitos, ha sido defendido con uñas y dientes por la sociedad y sus representantes, la paralización de la privatización del Hospital de Urduliz es un buen ejemplo de ello.
No podemos decir lo mismo del cómo se está gestionado, por parte del Departamento de Salud, esta crisis. Asistimos a llamadas a la calma mientras se toman decisiones que son malamente explicadas a la ciudadanía; se ocultan datos sobre tasa de incidencia de la enfermedad, o de afectados y afectadas entre el personal sanitario. Las diferentes Direcciones de nuestras OSIs son incapaces de dar la debida formación al personal que ha de enfrentarse en primera línea con la enfermedad; asistimos a la falta de EPIs en determinadas unidades, a instrucciones poco claras que sólo sirven para elevar el nivel de preocupación entre los y las trabajadoras, etc.
En ESK también nos preocupa, y mucho, el uso que este sistema capitalista quiere hacer del Coronavirus. Nos encontramos en un escenario donde cerramos colegios, cargando, una vez más las tareas del cuidado sobre los hogares (ámbito privado), mientras la sacrosanta productividad empresarial no se toca. Es más, el Ministerio de Trabajo ya ha publicado una Guía en la que marca los criterios para poder implantar EREs o ERTEs, socializando una vez más sus “perdidas” pero sin tocar nada de sus beneficios, medida que ya ha sido llevada adelante por la empresa que gestiona la cafetería del Hospital Universitario Basurto.
En ESK, sabemos que el miedo y la incertidumbre son las armas más oscuras que usa el sistema capitalista para controlar e imponer su ideología a la población, es por eso que un sindicato como ESK ha de defender la transparencia y la veracidad en las informaciones que se trasladan a la opinión pública, ésta es la mejor vacuna contra el Coronavirus.