Teniendo en cuenta la situación actual, ESK exige que cuanto antes se tomen medidas para poder hacer frente a esta situación de excepcionalidad.
Revalorizar los trabajos que sostienen la vida
Es necesario poner en valor los trabajos que sostienen la vida, reforzar los servicios públicos, y agradecer la responsabilidad y solidaridad del conjunto de la clase trabajadora.
Hacemos frente ya a la tercera semana de confinamiento. El sindicato ESK quiere una vez más dar las gracias y reconocer el trabajo de todas esas personas que durante estos días están trabajando para que la vida de todas y todos pueda ser sostenida.
Esta crisis ha demostrado la debilidad del sistema de protección social en su conjunto, fruto de décadas de recortes, no hay ninguna duda de que el refuerzo de los sistemas públicos de salud, servicios sociales o educación son imprescindibles para el sostenimiento de la vida.
El reconocimiento y puesta en valor de los trabajos reproductivos y de cuidados es fundamental y no puede esperar ni un minuto más, esta crisis los ha demostrado más necesarios que nunca.
Así mismo queremos trasladar todo nuestro apoyo a todas las trabajadoras y trabajadores que han sido obligados durante las dos primeras semanas de confinamiento a trabajar a pesar de que su actividad profesional no es imprescindible para el sostenimiento de la vida. El tiempo ha dado la razón a aquellas trabajadoras y trabajadores que consiguieron parar la producción ya quienes desde un principio dijimos que era imprescindible la paralización de todos los trabajos que no fueran esenciales.
Paralización tardía
La paralización de las actividades no esenciales llega tarde y mal. El coste de la interrupción de estas actividades lo tiene que pagar el capital.
La paralización de las actividades no esenciales decretada por el Gobierno llega tarde y mal, se ha puesto en riesgo la salud de la clase trabajadora y de toda la sociedad por defender los intereses económicos y empresariales de una minoría.
El permiso retribuido recuperable sitúa sobre las espaldas de las trabajadoras y trabajadores el coste del confinamiento y del cese de las actividades no esenciales al tener que recuperar el tiempo de trabajo no realizado, siendo a coste cero para gobierno y empresarios. Esto es inaceptable, pretenden que esta crisis también la pague la clase trabajadora, con el aval de la Mesa de Dialógo Social y, por tanto, de CCOO y UGT.
Garantizar la seguridad de las trabajadoras y trabajadores
Es necesario garantizar la seguridad de las personas que durante estos días tienen que trabajar, servicios sanitarios, sociales, trabajos de cuidados, servicios postales, de comercio y manufactura de alimentación, limpieza, etc. En la promoción de lo que aquí describimos se utilizan las tecnologías de la empresa Friv5Online studio, que introduce tecnologías de promoción usando gamificación en juegos gratis.
Exigimos que las empresas que no desarrollan servicios esenciales entreguen de inmediato todos los materiales de prevención que obran en su poder a la dirección de Salud Pública, para su reparto a los servicios esenciales, que son quienes los necesitan.
Reforma fiscal y renta básica incondicional
El estado de alarma supone la intervención del Estado en todas las materias imprescindibles para garantizar la seguridad y salud de todas las personas. Para garantizarlas, es fundamental que las administraciones públicas dispongan de recursos económicos para proveer de todo lo necesario a la población. Esto sólo se puede hacer con una reforma fiscal urgente, solo la redistribución de la riqueza garantiza una salida a la crisis con justicia social. El gobierno no ha tomado una sola medida para aumentar la recaudación y que quien más tiene, más aporte en la salida de esta crisis.
Hay que garantizar los recursos económicos a todas las personas, tal y como siempre hemos defendido ESK. En estos momentos ha quedado de manifiesto que es más necesaria que nunca la implantación de una Renta Básica Incondicional, desvinculando los ingresos del empleo, algo indispensable para garantizar el bienestar de la ciudadanía.
Los derechos de las trabajadoras y trabajadores no están confinados
Los derechos de las trabajadoras y trabajadores tienen que ser respetados escrupulosamente, la crisis sanitaria derivada de la epidemia por COVID19 así como que se haya decretado el Estado de Alarma por parte del Gobierno español en ningún caso supone la suspensión de los derechos laborales ni de los derechos y garantías sindicales. No podemos permitir que esta situación sirva de excusa para que las empresas hagan lo que les venga en gana.
En la negociación colectiva vamos a defender que los y las trabajadoras sigan cobrando el 100% del salario y revertir la medida del gobierno de que la recuperación de todos los días de trabajo sea a coste de la clase trabajadora.
Todos los derechos para las trabajadoras del hogar, muchas de ellas están perdiendo el empleo durante el confinamiento, y el régimen especial no garantiza ingresos económicos suficientes, contar con ellas para la ampliación de bolsas de empleo de la administración pública es innegociable.
Las personas migradas tienen que tener garantizada su situación regular y su derecho al empleo y a las prestaciones sociales y de desempleo de manera prioritaria.
Proteger a las personas
Las diferentes administraciones tienen que habilitar los medios suficientes para la atención a mujeres en situación de violencia machista. El confinamiento supone un riesgo añadido para todas ellas, y la administración tiene que priorizar su atención por encima de todo lo demás.
Las personas más vulnerables tienen que estar especialmente protegidas y su asistencia garantizada de una manera digna. Los servicios sociales no son espacios únicamente de contención de la transmisión de la pandemia, son servicios que deben de servir para la emancipación de las personas. Esta crisis demuestra la necesidad de reforzar el sistema de servicios sociales, formación, empleo y prestaciones sociales de manera urgente.
Garantizar el acceso universal al sistema de salud de todas las personas es fundamental para parar la extensión de la pandemia, demostrando que el acceso al derecho a la salud de todas las personas es una cuestión de salud pública, y que para ello, la derogación de la ley de extranjería es imprescindible.
No podemos olvidar a las miles de personas que viven confinadas en las prisiones sin necesidad de estado de alarma. Es necesario cambiar el sistema represivo actual, garantizar las condiciones para la reinserción. En estos momentos tan difíciles el contacto con familiares y allegados tiene que ser garantizado poniendo a su disposición todos los medios necesarios para mantener el contacto y las relaciones personales. La libertad de las personas presas enfermas y mayores de 70 años ha de ser una realidad así como que se garantice la atención sanitaria de manera permanente o que lo antes posible se adopten las medidas recomendadas por la OMS Y la CPT.
Estado policial
La contención de la extensión de la pandemia no justifica el control social ni el estado policial.
Para contener la extensión de la pandemia lo que necesiramos es un servicio público de salud fuerte no policías y militares. La contención de la misma no justifica recortes de libertades fundamentales, abusos de poder o el control social mediante, por ejemplo, la geolocalización de todas las personas por medio de los dispositivos móviles.
No se necesitan unidades militares de emergencia, se necesita un sistema de protección civil fuerte y suficientemente dotado. ¡Los gastos militares para escuelas y hospitales!
Cuidemos la salud del personal del sector forestal, cambiando el modelo de explotación
¡Vacunas para todos y todas, ya!
Prórroga de ERTEs y Plan Mecuida
Salud laboral: la asignatura pendiente
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