Denunciamos la situación de exclusión y pobreza que se ve agravada por la desatención y falta de recursos sociales en esta situación de emergencia sociosanitaria. Denunciamos el abuso policial en nuestros barrios y sus ataques contra los derechos humanos.

 

 

Venimos denunciando, desde hace décadas la situación de pobreza, recorte continuo de derechos sociales y el abandono institucional que sufren nuestros barrios. En estos momentos, con la crisis del COVID 19, se están acelerando los procesos de empobrecimiento y exclusión social.

 

Empobrecidos/as y desprotegidos/as

Constatamos que se están produciendo situaciones de verdadera emergencia social, muchas (probablemente invisibilizadas) que no están siendo atendidas por los recursos públicos de atención social y sanitaria. Sentimos preocupación e impotencia por muchas personas mayores que están solas en sus viviendas; familias enteras en situación de pobreza que no tienen si quiera asegurada la alimentación básica; personas despedidas de sus trabajos (legales o sumergidos) u obligadas a trabajar en condiciones de precariedad e inseguridad para su salud; mujeres con cargas familiares que no pueden atender a sus hijas e hijos porque madrugan para ir a limpiar casas y a atender a otras familias más pudientes; mujeres que, aterrorizadas, estarán conviviendo con sus agresores; pisos donde conviven decenas de personas; personas -muchas- que no pueden hacerse cargo del alquiler o del recibo de la luz; personas que deambulan por las calles estigmatizadas, sin tener un techo donde dormir…

No es cierto, como se nos dice, que esta pandemia afecta por igual a personas y barrios ricos y pobres. No. Una vez más, las personas y los barrios que ya han sido expulsados de la sociedad son sobre quienes recae con mayor contundencia esta enfermedad social y sanitaria y serán, nos tememos, quienes más dificultades tendrán en el sombrío futuro que se cierne. Ante esta situación, la falta de recursos y atención, la descoordinación y la falta de planificación por parte de las instituciones públicas es evidente. E insistimos que, si lo es a nivel general, lo es con más fuerza con los sectores de la población más empobrecidos y desprotegidos.

 

Abusos de las policías

Por si esto fuera poco, desde el inicio de las medidas de contención, las policías autonómica y municipal han militarizado nuestras calles, generando miedo y tensión y ofreciendo unas imágenes lamentables que no se repiten en otros puntos de la ciudad. Nuevamente, nuestros barrios, ya de por si estigmatizados, son presentados como los más peligrosos y su población, culpabilizada, la que hay que controlar y amedrentar.

Así, se están produciendo evidentes abusos del poder por parte de las policías, cacheos y detenciones indiscriminadas, muchas veces realizadas de forma racista, maltratos y desprecio por las personas, denuncias a vecinas y vecinos que en la propia calle o desde los balcones, recriminan dichas actuaciones…

Sin ir más lejos, ayer domingo 29, en la calle San Francisco, varias patrullas de la Ertzantza, han maltratado y detenido a dos personas sin ninguna razón para hacerlo. Vecinos y vecinas han recriminado con contundencia desde sus balcones a los agentes su actitud y estos, se han dedicado a grabarles con sus cámaras en una actitud amenazante y chulesca. Las imágenes han podido verse en redes sociales y hablan por sí solas… Pero, por desgracia, no ha sido la única situación de abuso que estamos viviendo estos días.
Las vecinas y vecinos de estos barrios no estamos dispuestas a que las policías campen a sus anchas abusando y maltratando a las personas y, menos, si encuentran en una situación de mayor desprotección y vulnerabilidad. No vamos a tolerar ni el racismo ni el clasismo, ni el machismo institucional, policial y/o social.

 

Denunciamos estos abusos

Denunciaremos estas situaciones, ampararemos a quienes se sientan perseguidos y perseguidas, desobedeceremos, si es necesario, las órdenes policiales abusivas y que conculcan los derechos humanos.

Seguiremos cuidando de la comunidad, como lo viene haciendo con una capacidad ejemplar la Red Solidaria del Barrio de San Francisco (al igual que el resto de redes autogestionadas en la mayoría de barrios de la ciudad), que reúne a decenas de personas dispuestas a realizar cualquier tarea en favor de su vecindario, o como las comunidades de vecinos y vecinos que se han organizado para que ninguna persona, en su edificio, esté desatendida, o los pequeños comercios que fían e incluso donan alimentación a sus clientes… Redes humanas, solidarias, políticas, que llegan a donde la desatención, los recortes sociales y el abandono institucional no lo hacen.

Bilbo Zaharra, San Frantzisko eta Zabalako Taldeen Koordinakundea

 

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