En ESK tenemos claro que ante la situación actual y las consecuencias sociales que la crisis sanitaria puede traer en los próximos meses, solo nos queda avanzar en la pelea por una Renta Básica Incondicional (RBI), sin duda alguna, una herramienta para contribuir a la justicia social y la dignificación de las condiciones de vida del conjunto de la sociedad.

Porque nuestras vidas lo valen, lo necesitan y los tiempos lo exigen: una RBI permitiría que todas las personas, pudieran contar con mayores oportunidades para llevar a cabo los planes de vida que escojan para sí mismas.

Simplicidad administrativa

La RBI se caracteriza, al contrario de las prestaciones sociales actuales (RGI en Euskadi, la Renta Garantizada en Nafarroa o el IMV en el Estado), por su importante simplicidad administrativa, por ser incondicional y por su carácter preventivo de la exclusión social (al garantizar un mínimo de seguridad económica tan indispensable). Además, la RBI evitaría cualquier tipo de estigmatización social (al percibirla toda la población). La RBI sería una forma justa de redistribuir la riqueza que generamos entre todas, pero que se queda solo en unas pocas manos.

La RBI es, por tanto, una herramienta que forma parte de la lucha de clases, un sustento que nos permite luchar sin miedo a tragar con cualquier cosa en empleos precarios, que nos fortalece en la negociación colectiva y en la defensa de los intereses de la clase trabajadora.

Incrementaría el grado de autonomía y libertad real de la población en sus elecciones laborales, de formación y de proyectos de vida. La libertad es imposible si carecemos de recursos; la libertad exige recursos incondicionales. Consideramos, por tanto, que la RBI constituye una forma de hacernos más fuertes y nos da la oportunidad de ser más felices, más libres, de sentirnos parte de un colectivo en el que, por una vez, todas somos iguales.

Herramienta en el cambio de modelo productivo

En ESK consideramos que la RBI es una herramienta interesante en el cambio de modelo productivo que vamos a afrontar a causa de la crisis climática; siendo una alternativa a empleos que puedan desaparecer a consecuencia del agotamiento de los recursos naturales derivado del modelo de consumo actual y de los efectos del capitalismo salvaje.

No creemos que una transición ecológica centrada exclusivamente en el empleo vaya a ser la solución. Si a nivel global la tierra no soporta que se produzca tanto como hasta ahora, es difícil pensar que se puedan sustituir todos los empleos contaminantes por otros tantos empleos verdes. Ante ello, la respuesta de ESK es la RBI, que actuaría como un elemento vertebrador del acceso a la renta y a los derechos sociales. Esto es, con independencia de que haya o no empleo para todas, todas las personas tendríamos nuestra vida garantizada. 

Herramienta en la transformación social

En ESK defendemos la RBI como una herramienta en el camino hacia la transformación social. Pero no es la única receta, la RBI tiene que ir acompañada por el reparto y la redistribución de todos los trabajo (también los de cuidados) y de un impulso de los servicios públicos, del desarrollo políticas feministas para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres y por la eliminación de la Ley de Extranjería y de todas las políticas racistas y discriminatorias.

Es momento de poner la vida en el centro de todas las personas. Garanticemos el derecho a una vida digna de ser vivida y hagámoslo, con una herramienta tan sencilla y potente como la RBI. Una herramienta que garantice que todas, tengamos las mismas oportunidades de partida.

#EtorkizunaPiztu