Sabemos que la lucha de las trabajadoras ha sido lo que ha provocado que se consigan estas mejoras, pero desde ESK creemos que esta lucha debe ser mediante la unión de la mayor parte del arco sindical.

«  Esta lucha debe ser  mediante la unión  de la mayor parte del arco sindical »

ELA con un 64% de representación en el sector y UGT con alrededor del 12% de representatividad, han firmado el acuerdo, mientras que CCOO ha anunciado que lo estudiará.

La firma de este acuerdo con vigencia desde 2021 hasta 31 de diciembre de 2025, se ha dado pactando unos incrementos salariales que no llegan a cubrir la perdida de poder adquisitivo que está sufriendo este sector.

Incremento salarial

Los incrementos salariales pactados, son:

• 2021 y 2022: 0% (tablas 2020).
  
  
• 2023:
  • a 1 enero un pago único de 225€, que se consolidará en tablas 2020.
  • +7.60% que se aplicará sobre dicha cantidad resultante (lo que equivale 8,78%).
    
    
• 2024: 5,1% .
  
  
• 2025: 5,1 % más otro 2,55 % a partir de octubre de ese año. (alcanzando los 1.800€ brutos/mes a jornada completa).

Y solo si en el caso de IPC de la CAPV de los años 2020 a 2024 fuesen superiores a 19,56%, el exceso resultante se aplicará desde enero 2026.

Plus Antigüedad y domingo:

El acuerdo también incluye la obligatoriedad de sustituir al personal desde el primer día, para garantizar los requisitos de personal exigidos. Y se establece que al menos el 85% de la plantilla sea fija.

Agujeros negros de este convenio

Este acuerdo mejora parcialmente las condiciones de trabajo, pero no da dignidad a las trabajadoras, ya que los ratios, la prevención de riesgos, las medidas de conciliación entre otras cuestiones, no han sido incluidas en este nuevo convenio y no lo serán hasta que se inicie una nueva negociación, que no será antes del 2026.

Las patronales no han sido capaces de ceder en su afán de acumular más capital a costa del negocio de las residencias privadas, (hay 155 privadas y dos públicas, que emplean a alrededor de 5.000 mujeres), de seguir exprimiendo el dinero público sin que en nada importe la situación de las personas que realmente están llevando a cabo los trabajos de cuidados, ni importándoles la calidad del servicio que se ofrece.

Unidad y lucha

Sabemos que la lucha de las trabajadoras ha sido lo que ha provocado que se consigan estas mejoras, pero desde ESK creemos que esta lucha debe ser mediante la unión, mediante movilizaciones propuestas por la mayor parte del arco sindical, esto es, por todas las trabajadoras organizadas.

La deuda sindical hacia estos colectivos feminizados y de cuidados, deben de hacernos plantearnos que en este sector también es prioritaria la unión sindical. Debemos de actuar en los sectores de cuidados con coherencia y responsabilidad. Una unidad que posibilite una fuerte confrontación, que permita mejores condiciones a las trabajadoras del sector, económicas sí, pero también donde se contemplen medidas que hagan que no acabemos enfermas por realizar nuestro trabajo “mal pagado” y no valorado.

El cuidado no es un negocio. ¡Stop subcontratación!

Por la publificación de los servicios públicos de cuidado.