En una plantilla de más de setenta puestos de trabajo, 56 de ellos considerados como plantilla estructural, solo hay 16 personas con contrato fijo, el resto tienen nombramientos de interinidad y temporales de jornada completa y reducida. Esto puede dejar constancia de lo poco consolidado que está el colectivo médico de las Urgencias hospitalarias en la OSI Barrualde-Galdakao.
ESK denuncia esta temporalidad y precariedad que es germen también de empeoramiento de las condiciones laborales en este servicio. La imposibilidad de tener sustituciones hace que con los propios efectivos tengan que asumir las ausencias justificadas de vacaciones, permisos y reducciones de jornada del personal médico del servicio de urgencias. Consecuencia de ello un incremento de las cargas de trabajo, días que cambian frecuentemente en carteleras de trabajo y de las prolongaciones de horas en las jornadas.
Las condiciones laborales afectan a la salud psicosocial de cualquier trabajador que, sometido a altas cargas de trabajo, horarios ampliados para cubrir necesidades de Servicio y con el nivel de exigencia emocional que requiere tratar problemas de salud de forma rápida y efectiva, condiciona la propia alud de la plantillas, mientras no se den unas condiciones de trabajo que salvaguarden la salud psicosocial de las trabajadoras seguirán las dificultades de cobertura de determinados puestos de trabajo.
Hay que pensar también en los profesionales en formación que precisan tutorización y supervisión y el déficit de personal conlleva a que esta no esté garantizada, con lo que puede afectar en el cumplimiento de lo que su especialización requiere.
La planificación de verano con algunos cierres de consultorios y reducción horaria de los centros de salud, la falta de cobertura de personal médico, cada vez más frecuente, en algunos PACs repercute en el número de pacientes que se atienden en las urgencias hospitalarias. Osakidetza sufre una escasez de personal facultativo médico en la atención primaria sin precedentes y las urgencias se ven sobresaturadas, el equipo de personas tiene que adecuarse en número y ofertar unas condiciones laborales dignas que permitan desarrollar el trabajo. La población ha de recibir una atención con la calidad y seguridad que merece y eso pasa por el cuidado de los y las profesionales que los atienden. Trabajamos en la salud de las personas, no con piezas de una maquinaria en una sala de montaje.