El pasado viernes, la Consejera de Salud, la señora Murga, anunció la retirada de las mascarillas KN95, por no cumplir los requisitos para su uso como mascarilla de protección FFP2 ante el SARS-CoVid-2.
Al mismo tiempo, el Gerente de la OSI Araba, señor Larrañaga, comunicó al personal de dicha OSI que “teniendo en cuenta además que, ayer día 29 de abril, se comunicó a la OSI Araba, que después de la alerta sanitaria enviada por el Ministerio de Sanidad referente a las mascarillas Garry Galaxy, desde Osakidetza se procedió a realizar un proceso de revisión de validación de las características técnicas del stock de mascarillas disponibles, con entidades de notificación oficiales.” “El resultado de este proceso ha puesto de manifiesto que algunas mascarillas pudieran tener una capacidad de filtración posiblemente inferior a los estándares requeridos para las mascarillas FFP2. Estas mascarillas, ante su revisión y examen, no deben ser utilizadas en zonas con pacientes Covid-19, por lo que, de inmediato y como medida garantista y cautelar, se ha procedido a su retirada.”
Ni la señora Murga, ni el señor Larrañaga se dignaron a dar más explicaciones, generando una intranquilidad entre la plantilla inadmisible, ya que no aportaron datos de Centros y Hospitales que hayan recibido dichas mascarillas, ni de Servicios y Unidades que las hayan utilizado, ni del número de personas que se puedan ver afectadas por esta indefensión.
Intranquilidad que en el día de ayer se convirtió en incredulidad e indignación, ya que las mascarillas “retiradas de inmediato” según el señor Larrañaga, seguían presentes en Unidades Hospitalarias de la OSI Araba.
ESK exige conocer de la cantidad de mascarillas FFP2 suministradas a nuestras OSIs que han tenido que ser retiradas por no cumplir los requisitos de seguridad, a qué Centros y Hospitales se les ha suministrado, en qué Servicios y Unidades han sido utilizadas y cuántas personas se han visto desprotegidas por su uso.