Nos consideramos un sindicato poco burocrático y muy participativo, comprometido en la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras y de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad.
La movilización continuada y la colaboración con otros sindicatos (fundamentalmente con Steilas, CGT, LAB y ELA) son las herramientas más útiles de las que disponemos para lograr mejoras laborales y para frenar las agresiones empresariales. El alma del sindicalismo está en los valores que se defienden en el día a día; ESK es combativa.
Procuramos la más amplia participación en la toma de decisiones y el activismo voluntario es imprescindible para la buena salud de ESK.
Creemos en el reparto de los trabajos (los remunerados y los no remunerados) y de la riqueza. Somos conscientes de los límites del medioambiente; el desarrollo humano debe de respetar este límite. La Renta Básica Universal y el decrecimiento son nuestros referentes.
Nos consideramos feministas y aspiramos a una igualdad real entre personas, sin que el género sea motivo de discriminación.
Somos un sindicato vasco y pedimos respeto a nuestra identidad como pueblo y el reconocimiento de los derechos civiles y políticos para todas las personas.