A finales de 2017 la Comisión Nacional Ampliada (CNA) decidió retrasar la asamblea general, prevista para finales de 2018 e iniciar un proceso participativo que nos llevara a un nuevo modelo organizativo y a una estructuración de la acción sindical y social de ESK para los próximos años. El proceso se inició en febrero de 2018 y finalizará en la V Asamblea General el 7 de junio en Orereta. Igor Mera y Jabier Saenz han sido los encargados de capitanear este proceso y hemos hablado con ellos para que nos cuenten como lo han vivido.

 

 Igor Mera Jabier Saenz ESK sindikatua

 

 

Estamos acostumbradas a que los procesos pre congresuales sean más o menos parecidos. Sin embargo desde ESK se ha intentado hacer algo diferente ¿Por qué? ¿Cómo surge esta idea?

Desde la preocupación por conseguir articular una organización más participativa y horizontal entendíamos que el proceso de trabajo era tanto o más importante que los resultados que del mismo se derivasen. La participación no es algo que se pueda defender sólo en el papel, sino que también hay que practicarla y poner medios y recursos para impulsarla.

Cuando os hacen esta petición ¿cuál es la impresión que tenéis? ¿Cómo enfrentabais el proceso?

Lo primera cuestión que tuvimos que hacer fue ajustar el proceso ideal con los medios y recursos de los que disponíamos. Ajustar las expectativas y construir con los ladrillos que tienes es fundamental, los otros caminos te llevan a la frustración y la ansiedad.

La primera parte del proceso se basó en entrevistas individuales y pequeños grupos de trabajo…

Además de eso se hizo una encuesta abierta a toda la afiliación. Ha sido un proceso muy bonito en el que hemos tratado de que las problemáticas y cuestiones que se aborden en la asamblea general sean los que preocupan a la afiliación y la militancia del sindicato y no sólo aquello que nos preocupan a la gente que más involucrada estamos en la estructura del sindicato.

A veces cuesta generar un clima de confianza adecuado… Las entrevistas individuales ponían encima de la mesa cuestiones que no son fáciles de abordar, el poder, el machismo… ¿Os han sorprendido los resultados?

El problema no han sido las entrevistas y poder gestionarlas desde un buen ambiente, el quebradero de cabeza es tratar de buscar soluciones concretas a problemas complejos cuando tienes unos recursos limitados y además no te puedes permitir parar los motores. Todo el proceso se ha desarrollado sin que hayamos detraído esfuerzos ni de la acción sindical ni de las elecciones sindicales.

Los grupos de discusión han sido muy variados y se han puesto encima de la mesa cuestiones muy dispares ¿ha sido difícil dinamizarlos?

Alguna gente se deja dinamizar más que otra (risas). Hablando en serio, ha sido un placer poder relacionarnos con tantos hombres y mujeres comprometidas con la lucha. En algunos casos habremos acertado más que en otros con las técnicas, pero en cada momento hemos intentado poner lo mejor que teníamos.

Después de esta primera parte empezó una segunda, quizá la más laboriosa, la de recoger todos esos datos y hacer una foto general de nuestro sindicato… ¿Cómo es esa foto? ¿Qué sindicato tenemos?

Tenemos un sindicato txikito, humilde, pero muy vivo. Somos un colectivo de hombres y mujeres comprometidos con la transformación social y que además compartimos un conjunto de valores y de ideas prácticas muy cohesionadas.

Un afiliado resumía esto en un artículo con una frase que refleja en cierto modo lo que ESK somos, “un pequeño islote al que arriban todos los náufragos que se niegan a convertir el sindicalismo en agencias de colocación”.

Claro que tenemos muchas carencias, déficits, problemas…. No hemos querido caer en la condescendencia, pero nos ha parecido que nos teníamos que centrar en los elementos positivos para posibilitar un avance.

En un principio la mayor parte de la carga ha recaído sobre vosotros dos pero después ha habido un grupo de trabajo el que se ha encargado de dar forma a todo esto…

Sí, hemos contado con un grupo de contraste que en los últimos meses tenemos un poco abandonado y además algunas personas que nos han ayudado en cuanto a la redacción y la estructuración de los textos.

Aunque los debates han estado abiertos a toda la afiliación ahora llegan los debates a todas las estructuras y quizá más tradicionales, con la ponencia en la mano… ¿Qué esperáis de salga de aquí?

Bueno, creemos que presentamos una ponencia donde en un altísimo porcentaje hemos recogido o formulado cuestiones que son de consenso en la organización. Hemos tratado de elaborar una ponencia muy práctica que nos sirva como herramienta de trabajo en estos próximos años.

En una buena medida quienes componemos las estructuras ya hemos sido participes del proceso de trabajo. A partir de aquí, todo el mundo tiene la oportunidad de hacer los planteamientos que entienda que debe hacer. La ponencia es un documento para el debate, en el mes de mayo estará abierto a la presentación de enmiendas por parte de cualquier persona afiliada. Además, es importante señalar, quienes hemos dinamizado el proceso hasta ahora no seremos quienes participemos del trabajo de la comisión de enmiendas.

¿Qué valoración hacéis de todo el proceso?

Ha sido un proceso largo y que hemos tenido que compatibilizar con las responsabilidades que cada cual desarrollamos a nivel sindical. Nos gustaría poder haber realizado más acciones, dar más la palabra directamente a la persona afiliada que no participa de manera habitual en la vida del sindicato. En todo caso, poniendo todo encima de la mesa estamos contentos con el curro hecho. Esta forma de trabajo, que se basa sobre todo en una concepción política en torno a la propia manera de funcionar creemos que abre un camino que ESK debe seguir recorriendo en el futuro.

El 7 de junio en Orereta, por fin, celebraremos nuestra Asamblea ¿Cómo encaráis este día?

Aún falta para que llegue ese día. Esperamos afrontarlo con mucha alegría e ilusión. Cuando apaguen las luces y se cierre la cortina lo afrontaremos desde otros prismas (risas).

 

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