El sindicato ESK quiere denunciar la muerte del preso vasco Igor González Sola y, una vez más, exigir el respeto de los derechos humanos así como el cumplimiento de la ley.

En primer lugar, queremos trasladar a familiares, amigas y amigos de Igor nuestra solidaridad y cariño y, en estos duros momentos, también a quienes tienen familiares y personas allegadas en prisión. Cuando nos enfrentamos a noticias como esta no es nada fácil encontrar las palabras adecuadas.

La muerte de Igor no es más que la consecuencia de las leyes y políticas de excepción que los Estados Francés y Español aplican a las presas y presos vascos. Este preso bilbaíno, el pasado marzo, había cumplido las tres cuartas partes de su condena, a esto hay que añadirle que era un preso que estaba gravemente enfermo y en lugar de ser excarcelado, tal y como marca la ley, fue acercado hace apenas dos meses a la prisión de Martutene.

Todos los derechos para todas las personas

Las cárceles acaban con las personas, emocional y físicamente, pero no podemos entender estas situaciones como “accidentes”. No, no son accidentes. Estas situaciones tienen responsables directos y estos nos deben explicaciones y responsabilidades al respecto, la sociedad no puede permitir ni una sola muerte entre rejas.

ESK ha denunciado en innumerables ocasiones la situación de las presas y presos vascos. Lo seguiremos haciendo tantas veces como sea necesario. En nuestro sindicato lo tenemos muy claro; para construir el pueblo que queremos, para la convivencia y la paz que nos merecemos es imprescindible terminar con el sufrimiento que provoca una política penitenciaria que no respeta los derechos fundamentales y basa su funcionamiento en la venganza.

Como siempre decimos; todos los derechos para todas las personas.