Gaur ez da berria bat, iritzia baizik

Oso analisi egokia Telekomunikazio sektorearen egoera ezagutzeko. Teleafonica blogaren bitatartez



Permitid hoy que adoptemos el formato de entrada de blog más tradicional. Dejaremos de lado el estilo periodístico-informativo (aunque tengamos una clara tendencia, que reivindicamos), y pasaremos a reflexionar un poco en voz alta sobre toda una serie de cuestiones que tienen importancia.

En primer lugar, debemos decir que la omnipresente Telefónica (que se hace llamar Movistar), sigue manejando los hilos, tanto del mercado, como de las relaciones y condiciones laborales en sus mal llamadas Contratas.

Claro ejemplo tenemos de ello en lo que está ocurriendo en Euskadi. En Gipuzkoa, llevan cuatro días de huelga para reclamar la readmisión de un compañero despedido de forma arbitraria por la empresa Elecnor. La empresa, que si tuviese una relación de Cliente-Proveedor con Telefónica (como afirman tener) estaría temblando por llevar cuatro días sin sacar una sola avería ni alta, ni se inmuta.

Tres cuartos de lo mismo pasa en Bizkaia. Otro despedido es respondido con la convocatoria de huelga. En este caso, el seguimiento de la huelga hace que se decida suspender la misma y replantear la estrategia, a pesar de que el sentimiento entre las plantillas es que el despido es injusto y que se debe combatir. No obstante, la actitud de Elecnor es la misma. Está tranquila. Como decía Evaristo: "y si está tan tranquila, con quíén va a estar". Es decir, se siente respaldada por Telefónica, que no le va a pedir responsabilidad ni cumplimiento alguno con ningún abonado o cliente. Lo prioritario es atacar, resquebrajar, abrir brecha, fisurar las condiciones laborales que se arrancaron a mordiscos en la huelga de 2015.

Ha ocurrido tantas veces. Tantas huelgas de una sola empresa en este fragmentado Sector han sido ahogadas por la soledad y el apoyo de Telefónica a la contrata de turno, que este hecho contradice la propaganda empresarial: "no son personal nuestro, no son empresas nuestras, son proveedores de servicios". Si así fuera, la empresa cuyo personal se declara en huelga firmaría la rendición incondicional ante la presión de sus competidores. No es así. Repetimos: Telefónica y las Contratas, son un holding, una Entente, una Mafia.

Acudió Alierta a la manifestación de Zaragoza de diciembre pasado a encararse con los compañeros allí presentes y recriminarles que malmetieran el nombre de "una empresa que no es la vuestra", decía el tipo. Pues bien, gracias a que "no es nuestra empresa", César Alierta, ex presidente de Telefónica y presidente de la Fundación Telefónica, se marchó con un plan de pensiones de 54,2 millones y un sueldo anual ‘especial’ de 500.000 euros como miembro del consejo de administración. A este montante hay que sumarle el sueldo como presidente de la Fundación Telefónica, cuyo montante se desconoce, así como otros beneficios.

Del mismo modo (aunque de menor abolengo, ya que si tu padre y tu abuelo son negros, tú también lo eres, por mucho que cobres; cita de Vázquez Montalbán "El Premio", disculpad el apunte intelectual) ilustres "mediadores telefónicos" como gustaban de llamarse los introductores del plan Optima en España, los artífices del tinglado subcontratador, Vilchez y Pando, se acogen falsamente al PSI (un plan de supensión de empleo que envía a casa al personal de Telefónica para sustituirlo por personal que cobra menos de la mitad), para dar ejemplo a la plantilla de Telefónica de como hay que marcharse, alegremente y satisfecho de haber mirado para otro lado mientras se subcontrataba todo. Y decimos falsamente, porque los directivos, cargos, jefazos, no se van a casa. Se van, a través de sus puertas giratorias, a seguir inflándose a beneficios, dirigiendo el siguiente engendro empresarial que se les ocurra y que les permita seguir diciendo, en voz alta y legal: "No es vuestra empresa".

Ahora, Telefónica, con sus Nobles y sus Negros, prepara otro asalto. Hecha la ley, hecha la trampa, reza el dicho. Pues bien, para pasarse por el Arco de Triunfo todo lo firmado por la Huelga, van a acometer algunos cambios:

1.-En las provincias "pequeñas", no dejarán más que a una Contrata. Pretenden con esta medida cepillarse condiciones que aún les molestan. Pues ahora un briconsejo para nuestros compañeros que no tengan cláusula de subrogación: Si el convenio no la recoge, habrá que meterla con calzador por la fuerza de los hechos.
2.-Aquí no se viste nadie de azul. Si no es vuestra empresa, qué narices hacéis vestidos de azul? a ver si me van a pillar en cesión ilegal, y eso sí que no.
3.-El 70%-30%, lo van a cumplir, por la vía de despedir a todo bicho viviente subcontratado o autónomo que se les antoje. Como no hay censo de la plantilla de 2015 que fue la que puso patas arriba el sector, a ver quien demuestra ahora el porcentaje en que nos encontramos. Pero es que no hay censo, ni de 2015, ni de 2016, ni de 2017...ni nadie que lo exija. Los que nos hemos hartado de pedirlo, incluso a organizaciones sindicales que deberían apoyar esta petición, nos hemos quedado clamando en el desierto. Sin ese censo, compañeros de la paritaria, no iremos muy lejos. Pista: el Comité Intercentros de Telefónica tiene la capacidad de recabar ese dato con un simple telefonazo. Tal vez si se lo pedimos, no podría negarlo más sin retratarse...

Retomando el hilo conductor, si una huelga en una sola empresa es barrida del mapa, si una provincia sola no puede con el gigante, si tenemos el ejemplo histórico de 2015, donde (a pesar del desigual seguimiento de la huelga) se consiguió resquebrajarle los pies de barro al gigante empresarial...a qué esperamos a coordinarnos, a movilizarnos, a solidarizarnos, a volver a demostrar que aquí y allá, el trabajo lo hacemos nosotros? contra eso, no tienen nada que hacer...

Resulta también necesario detenerse a reflexionar en un punto: si dicen que van a reducir el porcentaje de autónomos y subcontratados...cómo piensan mantener los beneficios? respuesta: explotando más a las plantillas fijas. De ahí la necesidad de cepillarse condiciones como las de Euskadi. De ahí la jugada de cambiar de empresa en las provincias donde no hay subrogación (pues la subrogación la habrá de marcar la calle, si no la recoge la ley). De ahí la necesidad de seguir eliminando a la plantilla de Telefónica de este escenario e incluso de utilizarla como elemento de presión para que ninguna plantilla se sienta a salvo de que le puedan quitar un trabajo determinado.

Finalizaríamos diciendo lo obvio: que si lo hicimos una vez, podemos hacerlo otra. Que si nos unimos, ganamos. Que si damos todos y todas la patada al suelo, el barro del que están hechos sus pies, se hace añicos.

Lo hacemos?