A pesar de la pandemia y de las promesas realizadas por el Gobierno Vasco, Osakidetza continúa dando la espalda a la negociación colectiva. De nada sirve la presión que han tenido que sufrir todos los trabajadores y trabajadoras durante estos meses, con cargas de trabajo desproporcionadas y falta de material, la realidad es que Osakidetza ha vuelto al punto de partida de antes de antes de la crisis, imponiendo sus criterios en la mesa sectorial y sin atender a las preocupaciones del personal:

• Falta de EPIs y medios de protección que respeten la normativa y homologación europea vigente, realización de test a todo el personal (PCR y serológicos) de alta fiabilidad, protocolos que no sean discriminatorios entre categorías, protocolos cambiantes no en base al avance de los conocimientos de la enfermedad sino en base a la existencia o no de materiales de protección o de test…
• Falta de recursos humanos y técnicos de la Atención Primaria. Una AP que el pasado año realizó varias jornadas exitosas de huelga poniendo de relieve su agonía y la necesidad de aumentar el personal y de medios. Una necesidad que emerge en estos momentos de desescalada en la que va a jugar un papel central en la contención de la pandemia a través de la realización de los test a la población y del rastreo de sus contactos.
• Necesidad de dotar de plantilla suficiente a muchos servicios que les permita afrontar el trabajo en condiciones de seguridad para el personal y para el paciente ante las nuevas condiciones introducidas por el covid-19. Unas necesidades que en breve aumentará debido al aumento de las listas de espera y procesos suspendidos para atender al coronavirus.
• Tampoco para devolver los derechos laborales suspendidos como: vacaciones, licencias para conciliar la vida familiar y laboral en condiciones adversas como las actuales, carteleras de trabajo, etc...
• Mucho menos el inicio para negociar un nuevo acuerdo de condiciones laborales de Osakidetza, obsoleto tras demasiados años de ausencia de negociación.

La mesa sectorial no resuelve los problemas del personal, pero el estado de alarma no suspende el derecho a la negociación colectiva. Osakidetza no puede seguir imponiendo su modelo frente a la crisis. Un modelo de gestión que nos ha tenido olvidados, y que nos ha obligado a trabajar totalmente desprotegidos, con un elevado porcentaje de positivos y con una dotación muy escasa de personal en muchas áreas críticas y colectivos.

En estos momentos de desescalada ESK considera que es el momento de decir basta ya a una Osakidetza arrogante que solo impone. Desde la unidad sindical tenemos que buscar la participación e implicación de un personal ya cansado de tanto aplauso pero que no se le respete.

La situación de pandemia va para largo y las necesidades del personal son urgentes y la defensa de una sanidad pública, universal, gratuita y con suficientes medios humanos y técnicos no puede esperar. Debe iniciarse un proceso de unidad sindical que permita definir las reivindicaciones del personal. En nuestra opinión serian:

1. Medios de protección suficientes, homologados y de calidad para todo el personal sin exclusiones. Protocolos unificados en todas las OSIs.
2. Test para toda la plantilla de alta calidad y fiabilidad (cómo es posible que a los futbolistas se les realicen test que identifican la IGG y la IGM y no se tengan para el personal de Osakidetza).
3. Fortalecimiento de la Atención Primaria con una participación de un 25% del presupuesto de Osakidetza para que asuma políticas sanitarias basadas en la prevención, promoción y educación de la salud.
4. Dotación de personal suficiente en las unidades y colectivos para dar una atención de calidad.
5. Contratación suficiente y de calidad que reduzca al 8% la elevada tasa del 40% de precariedad.
6. Fortalecimiento del sistema público y dejar de alimentar al sector privado desde el gobierno vasco. No a la privatización de servicios y reversión de los existentes.
7. Creación de turnos de mañana y tarde que eviten las peonadas como fórmula para realizar el inminente aumento del trabajo por el crecimiento de las listas de espera.
8. Reconocimiento de la carrera profesional de todo el personal

A esta tarea ESK dedicará sus energías. También a exigir que todos aquellos que han sido responsables de las condiciones de inseguridad con las que hemos trabajado y que han costado victimas entre el personal de Osakidetza respondan y dimitan.

Merece la pena.