O los responsables políticos dan un giro y asumen la necesidad de invertir, o hay que parar con una huelga de varios días en Atención Primaria.
El mes de Enero hemos estado viviendo la movilización de los sindicatos de Osakidetza, así como de diversas plataformas y asociaciones vecinales y movimientos sociales. La culminación de dichas movilizaciones fueron las manifestaciones del pasado domingo, donde se pudo comprobar el hartazgo no solo de la plantilla de Atención Primaria, sino también del resto de la ciudadanía.
Para ESK esto no puede suponer el fin de las movilizaciones en defensa de nuestra Atención Primaria. Sabemos cuál va a ser la respuesta de nuestras gestoras: mirar a otro lado, esperando que la presión asistencial termine y con ello rebajar el malestar de las y los trabajadores.
En ESK tenemos claro que el modelo de lucha que se ha venido planteando no ha dado sus frutos; un modelo basado en movilizaciones puntuales convocadas por sindicatos que se prestan a sentarse en una Mesa Sectorial carente de legitimidad (no olvidemos que hace más de 8 años que no se convocan elecciones sindicales en Osakidetza), para alcanzar acuerdos que sistemáticamente se incumplen (valga de muestra el acuerdo sobre el Desarrollo Profesional); negociaciones que no han impedido el desmantelamiento de nuestra Atención Primaria o de los Puntos de Atención Continuada.
ESK se reafirma en su modelo de defensa de Osakidetza en general, y de la Atención Primaria en particular. Un modelo que impulse la lucha desde el movimiento asociativo, en el que participen una pluralidad de agentes sindicales y que emplace no solo a Osakidetza, sino a los partidos políticos a un cambio radical en las políticas, que supongan un aumento en la inversión, así como un incremento de personal en todas las categorías.