Desde ESK llevamos días denunciando el desabastecimiento de material que sufren los hospitales y centros de salud de Osakidetza. La falta de equipos de protección individual de las últimas semanas ha provocado que todo el personal de primera línea y de todas las categorías se haya visto expuesto a un riesgo de contagio inadmisible. Vamos a seguir denunciando la falta de material y exigiendo ‘tests para todos’ hasta que no quede un solo trabajador o trabajadora sin la protección necesaria.
Dentro de las dificultades a las que está teniendo que hacer frente el personal, desde ESK queremos denunciar públicamente las lamentables situaciones que han vivido celadores y celadoras. A medida que los equipos de protección se han ido acabando, los protocolos se han adaptado, diferenciando en función de la categoría profesional y dejando al personal celador con equipos menos seguros.
Si bien esto no ha ocurrido en todos los servicios, en la mayoría de hospitales de Osakidetza ha habido algunos en los que se ha usado una doble vara de medir en el reparto del material para manipular a los pacientes positivos de coronavirus. Pese al contacto directo que tienen celadores y celadoras, sus equipos de trabajo han sido diferentes a los de otras categorías, lo que ha generado malestar entre el personal, que se siente desprotegido, maltratado y discriminado.
Parece mentira que a estas alturas haya que explicar la labor de los celadores en Osakidetza. Además de los traslados de personas y material, ayudan con aseos y curas a pacientes encamados, con los cambios posturales o con levantamientos, además de realizar complejas tareas en servicios especiales como UVIs o quirófanos. En otras palabras, el celador es parte del equipo de trabajo que tiene contacto directo con el paciente.
Esta discriminación directa que se está dando en muchos hospitales cuenta con el beneplácito de direcciones y mandos intermedios, que en algunos casos han llegado a coaccionar a trabajadores que han mostrado su disconformidad. Desde ESK, tenemos conocimiento de que esta diferenciación también se da en otras categorías (personal administrativo, Técnicos de Laborarorio, Técnicos de Rayos, conductores, Aux. de Enfermería, etc.) y entre personal de empresas subcontratadas por Osakidetza ( Limpieza, Transporte Sanitario, etc.)
Esta realidad no sólo es un desprecio a profesionales que están poniendo en riesgo su salud desde el primer día, es también una irresponsabilidad, ya que, si no se garantizan las medidas de protección necesarias, son un foco de contagio.
Ante la gran crisis sanitaria provocada por el coronavirus, desde ESK exigimos que se dote a todo el personal de los equipos de protección individual adecuados a los riesgos a los que se enfrentan a diario, sin hacer excepciones y sin adaptar los protocolos para poder justificar esta discriminación directa. En definitiva, sin tratar a algunos trabajadores y trabajadoras como si fueran de segunda clase.