Tras el decreto del Estado de Alarma por parte del Gobierno y el aumento de la cifra de contagiados por coronavirus en Euskadi, desde ESK queremos trasladar al Departamento de Salud y Osakidetza una serie de medidas con el fin de contener la propagación y garantizar la seguridad de los trabajadores y trabajadoras.
Desde ESK solicitamos…
- Una toma de temperatura diaria al personal antes del inicio de la jornada laboral, en todos los turnos y en todos los centros, como medida para garantizar que quien tenga un cuadro febril no se incorpore al puesto de
- Que todo el personal reciba formación sobre la utilización correcta de los Equipos de Protección Individual (EPIs), con la garantía de que si el protocolo cambia, la formación se recibirá de nuevo, para que no se generen situaciones que puedan dar lugar a
- Que todo el personal tenga acceso a los EPIs necesarios para desarrollar sus funciones en todos los servicios. Ante la decisión de mantener bajo llave, por seguridad, equipos de trabajo como mascarillas, batas o geles de desinfección, hay servicios que están negando material alegando falta de existencias, algo que debería ser absolutamente falso si nos atenemos a las palabras de la Consejera de
- Refuerzos en todas las unidades especiales y en TODAS las categorías ante el aumento de carga de trabajo.
- Ayuda psicológica para todo el personal ante una amenaza nueva que provoca estrés y ansiedad.
- Que Osakidetza habilite aparcamientos en la medida de los posible y asuma el pago de la OTA o parkings que hay alrededor de los hospitales para evitar que los trabajadores se expongan a ir en el transporte público y limitar así el riesgo de contagio. Para la gente que no conduce o no tiene vehículo, habilitar un servicio de autobuses privados, como se hace en el Hospital Donostia, que recorran diferentes puntos de las provincias trasladando al personal al centro de trabajo.
- Un estudio por parte de salud laboral de los lugares de trabajo habituales. Actualmente, muchos de los sitios asignados al personal no reúnen las condiciones mínimas necesarias ni en cuanto a espacio (imposible mantener la distancia mínima) ni en cuanto a infraestructura (falta de ventilación y de lavabos). Unas carencias que en una crisis como la actual se acentúan, por lo que urge hacer una valoración real de las condiciones de los trabajadores y trabajadoras.
Licencias y permisos
Ante la falta de personal existe una amenaza real de que Osakidetza deniegue y anule todas las licencias y permisos que garantizan la conciliación familiar, una medida que en la realidad actual deja a las trabajadoras en una situación aún más vulnerable.
Esta situación es fruto de una dura política de ajustes impulsada por una dirección que lleva años preocupada únicamente por el ahorro económico, sin dotar a los servicios de atención primaria y hospitalaria del personal suficiente para trabajar en condiciones de seguridad y calidad.
En una empresa donde el 40% de trabajadores son de carácter eventual y en torno a 7000 puestos de trabajo son estructurales, encubiertos a través de contratos de acumulación de tareas o necesidades del servicio, esta política de recortes en todos los servicios nos conduce a la realidad actual, en la que Osakidetza se ve con dificultades para garantizar la cobertura de sus servicios por la falta de personal.
Un escenario que debería servir para recordar al Gobierno Vasco que en la sanidad pública no sobramos nadie. Es necesario defender unas plantillas suficientes para responder en términos de calidad a unos cuidados de enfermería crecientes y más complejos, un envejecimiento de nuestros pacientes que los hacen más dependientes, y equiparar el personal durante los fines de semana al resto de la semana ya que el trabajo es el mismo.
¡Por todo ello, instamos al Departamento de Salud a que reconsidere sus políticas de reducción de personal y recortes de derechos laborales, ya que si algo está quedando claro en esta crisis es que la sanidad pública hay que defenderla!