El Gobierno Vasco y el PNV lleva años enarbolando los postulados más neoliberales. Si durante los años de la recesión económica hizo seguidismo de los recortes que aplicaba el Gobierno de Rajoy, en los años venideros (de supuesto crecimiento económico) ha mantenido la misma actitud. Una actitud muy agresiva que ha obligado a los distintos sectores dependientes de la Administración Vasca (Osakidetza, Educación, Ertzantza, Administración local y foral) ha realizar durante estos años movilizaciones en defensa de la recuperación de los derechos perdidos y de la reactivación de las mesa de negociación.
Osakidetza no es una excepción a esta realidad y el consejero de sanidad Jon Darpón y su equipo directivo se han esforzado en la implantación de estas políticas neoliberales, recurriendo incluso a posturas antidemocráticas y al incumplimiento de los acuerdos laborales sistemáticamente. Esta actitud chulesca y su estilo feudal (pensando que Osakidetza es su cortijo) está siendo replicada continuamente por los Tribunales. A modo de ejemplo citaremos dos de las últimas que tienen una especial relevancia.
Recientemente el tribunal Superior de Justicia ha dictado una nueva sentencia sobre la carrera profesional, obligando a Osakidetza y a su máximo dirigente Jon Darpon a reconocer y pagar con atrasos los niveles del personal que participó en la convocatoria del 2011.
No hace mucho varias Resoluciones del OARC impedían al consejero seguir con sus ansias privatizadoras de la cocina, limpieza, lavandería, plancha y lencería del hospital de Urduliz. Una gestión de Osakidetza en Urduliz esperpéntica que provocó un retraso de un año en su desarrollo y un gasto injustificado al mantenerlo durante ese tiempo como un ambulatorio con un presupuesto desorbitado.
Dos sentencias que corrigen actuaciones ilegales y antidemocráticas de Osakidetza y que contrarrestan las intenciones privatizadoras y recortadoras del consejero de sanidad.
Mientras tanto Darpon es permite el lujo de decir en los medios de comunicación que no existe precariedad en Osakidetza o que la reducción de la eventualidad en Osakidetza al 8% es una quimera. Obligándonos a trabajar en unas condiciones muy negativas para el personal y para la calidad del servicio público.
Mientras tanto Darpón refuerza su apuesta por no dinamizar la mesa de negociación sectorial y obligando a los y las trabajadores a acudir a los Tribunales para defender sus derechos laborales.
Esta nueva sentencia demuestra la incapacidad de Darpón y su equipo directivo para la gestión de los problemas que existen en Osakidetza. Por eso desde ESK solicitamos la dimisión del consejero Jon Darpón y la apertura de una mesa de negociación real que permita encauzar de una vez los problemas existentes en la plantilla y en el servicio de Osakidetza.
ESK exige:
- el cumplimiento inmediato de la sentencia sobre el desarrollo profesional
- la apertura de nuevas convocatorias garantizando a cada trabajador/a el acceso al nivel que le corresponda.
- la negociación de un nuevo modelo de desarrollo profesional que eliminen, entre otros, los factores subjetivos y fiscalizadores de las jefaturas. Un modelo más justo, objetivo, ágil y eficaz.