Supongamos una OPE para Personal Facultativo Especialista que, en realidad, sea una pantomima; conocida, tolerada y favorecida por las Jefaturas de los Servicios, Gestores de las OSIs y
responsables de la Administración.
Supongamos que esa farsa también es conocida por el personal y sus representantes sindicales.
Supongamos que las personas que presiden los diferentes Tribunales de dicha OPE, siendo como son las y los Jefes de los diferentes Servicios, pudieran entregar todo o parte del examen; que
pudieran favorecer la puntuación de una u otra candidata, en función de intereses particulares.
Supongamos que esto llegue a suceder; evidentemente, supondría introducir el amiguismo entre nuestros profesionales de la medicina, favoreciendo su sumisión y control a manos de las
diferentes Jefaturas; supondría amarrar en corto a todo un estamento, favoreciendo el intercambio de favores, que nada tienen que ver con la Atención Sanitaria que debemos a la ciudadanía.
Esto significaría el fin de la “igualdad, mérito y capacidad” que ha de presidir toda Oferta Pública de Empleo; significaría un nivel de corrupción e ilegalidad sistemática inéditas en la
tan “limpia y justa” Administración Pública Vasca.