Representantes de ESK Osakidetza dieron un repaso a todos los problemas que diariamente tienen que enfrentar trabajadoras y ciudadanas en el Servicio Vasco de Salud.
En primer lugar, agradecer el grupo EH-Bildu, a la presidencia y al resto de grupos la oportunidad de que ESK podamos estar aquí presente.
El intentar explicar cuáles son los objetivo y retos que ESK enfrenta en esta nueva legislatura, implica el reconocer ante esta Comisión, que, para nosotras, de nueva no tiene nada.
La política que está desarrollando, tanto el Departamento de Sanidad, como Osakidetza es totalmente continuista con la anterior, ahondando más, si cabe, en la nefasta gestión realizada hasta ahora.
Por lo tanto, para ESK, los objetivos a plantear en esta nueva andadura se parecen más al “He tenido un sueño” de MLK, que, a la realidad cotidiana; bastante tenemos con lidiar en el día a día con el oscurantismo y la prepotencia de las direcciones y jefaturas de las diferente OSIs.
En cuanto a los retos; ESK es firme defensora de la Sanidad Pública entendida como un Derecho Básico de todas las personas; defendemos que la puerta de entrada a dicha Sanidad es la Atención Primaria; una Atención Primaria que, por decisiones políticas, se está convirtiendo en una pesadilla, tanto para las y los profesionales como para el resto de ciudadanía.
El reto que ESK nos planteamos, es conseguir que ninguna persona deba esperar una semana para ser recibido en su Centro de Salud, o que no sepa quiénes son los profesionales de enfermería o medicina que le van a atender. Creándose situaciones kafkianas, en las que consultas que deberían ser de 15m, son programadas para 5, (merced a la presión de las jefaturas) y acaben convirtiéndose en consultas de ½ hora; con el consiguiente estrés para el o la profesional de turno.
Decisiones que han llevado al cierre de Centros de Salud en determinadas franjas horarias y durante determinados períodos, provocando una sobresaturación de las Urgencias Hospitalarias. Decisiones políticas amparadas en la creación de OSIs, que han significado la fagocitación de la Atención Primaria, dejándola a merced de unas direcciones que sólo entienden de rentabilidad económica, desmantelando la capacidad de autonomía de los Centros de Salud.
ESK defendemos una Atención Primaria cercana al barrio, que impulse todas aquellas acciones que promuevan la salud; acciones planificadas con el tejido asociativo de cada barrio, que tengan en consideración todos los determinantes de salud (como el aumento de la desigualdad y la pobreza; una menor esperanza de vida, mayores tasas de mortalidad infantil, menor estatura, peor estado de salud subjetivo, bajo peso al nacer, sida y depresión van asociadas a la desigualdad social).
Denuncia de privatizaciones
Pero hay otros retos; para ESK, es prioritario, no sólo parar las privatizaciones, tanto presentes, (Limpieza de nuestros Centros, Lavanderías, la última la de Leza, Osatek,etc), como futuras (Hospital de Eibar, Servicios Informáticos,…) si no también revertirlas, que los diferentes Servicios que han caído en manos del beneficio capitalista, vuelvan a una gestión pública.
Porque creemos que dicha gestión pública ha de garantizar el empleo de calidad; empleo que la dirección de Osakidetza se empeña en despreciar, como lo pone de manifiesto las recientes sentencias europeas, que muestran claramente cómo Osakidetza ha estado actuando en fraude de ley con su política de contrataciones.
En fin, ESK ha de enfrentarse a una Política orquestada de desmantelamiento de la Sanidad Pública, un desmantelamiento ya iniciado en los años 90, por el consejero Azkuna (PNV), con la inestimable ayuda del Señor Bengoa (a la postre consejero de Sanidad con el PSE), inspirada en el modelo impuesto por Margaret Thatcher en la Gran Bretaña de los años 80, y que llevó a la ruina la sanidad de ese país.
Los ejemplos son múltiples:
La autoconcertación, mecanismo perverso que induce al personal médico a debilitar su trabajo en el turno ordinario de mañana, para aumentar así las listas de espera, y poder obtener un suculento sobresueldo con su actividad por las tardes, lo que también implica un aumento del riesgo de errores y accidentes, además de una disminución de la calidad. ¿Por qué no se establezcan turnos normalizados de mañana y tarde en los servicios quirúrgicos? Seguramente, porque este sistema ha resultado una buena herramienta para lograr la sumisión de una parte importante del colectivo médico a los criterios de Osakidetza, a través de estos sobresueldos para unos pocos, y que pagamos entre todos y todas.
La derivación a centros privados, una partida muy considerable que se detrae del presupuesto público (en el 2013 fueron 230 millones de €), y que recae en un grupo de centros, alguno de los cuales su mayor porcentaje de actividad proviene de Osakidetza
·
La falta de una respuesta satisfactoria a la necesaria publificación de la Clínica de la Asunción en Tolosa. No solo no se ha atendido esta lógica reivindicación, sino que dicha clínica ha sido integrada en la nueva OSI de Tolosaldea, pero manteniendo su carácter privado. Un intento perverso, además de un disparate, buscando consolidar una gestión mixta público- privada.
-La no incorporación en Osakidetza del hospital Oncológico de Donostia, “por falta presupuesto”. Curiosamente cuando se está financiando desde el sector público este centro privado, por la vía indirecta de derivarle pacientes, e incluso cortocircuitando el servicio oncológico público del Hospital de Aránzazu.
• La existencia de una gestión nefasta del nº de camas hospitalarias, con el único objetivo del ahorro económico. Una recurrente política de cierre de plantas, que unida a una mala gestión de los servicios de coordinación provoca saturaciones en los servicios de Urgencia de nuestros hospitales. Una situación que nos obliga a trabajar con enfermos en los pasillos y que se produce con mucha frecuencia, sin que esté relacionada con supuestos repuntes de enfermedades infecciosas. Una situación intolerable que impide ofrecer una atención digna, y que supone la pérdida de la intimidad y confidencialidad a que tiene derecho el personal atendido.
Pero, sobre todo, una pérdida de la calidad, ya que aumenta las cargas de trabajo e incide directamente en el aumento del riesgo de errores.
El déficit enorme de recursos necesarios en el área de Emergencias; sigue a día de hoy siendo Euskadi, un territorio donde el déficit de recursos base y unidades por habitante es alarmante, con territorios muy deficitarios como Araba, donde el déficit es tercermundista, o Gipuzkoa donde el 70% de los recursos están privatizados.
• Una política del medicamento supeditada a los intereses de la industria farmacéutica. Como se ha comprobado en la crisis social entorno a la hepatitis C y sus nuevos tratamientos, Osakidetza carece de un planteamiento propio, sometiéndose a las directrices que llegan de Madrid y sin cuestionar el papel que las grandes empresas ligadas al gran negocio del medicamento, juegan para conseguir su máximo beneficio a costa de la salud de toda la sociedad.
ESK exige la creación de una Agencia Vasca del Medicamento; que controle la producción y distribución de los mismos en función de la duración del tratamiento.
La implantación de las Unidades de Gestión Clínicas el 23 de mayo de 2012 por el Consejo de Administración de Osakidetza. Estas unidades se presentan como herramientas neutras para una gestión más eficiente y participativa, pero ocultan la verdadera intención de la Admón. para introducir de manera solapada los mecanismos de gestión mercantil (y que sean defendidos por el personal trabajador) en el campo de la salud pública.
Son un instrumento que, por la experiencia en otras comunidades autónomas, es muy perjudicial para el conjunto de la sociedad, y muy útil para los procesos de privatización, ya que, bajo el pretexto de lograr autonomía de gestión en sus profesionales, oculta su objetivo de facilitar la privatización del Servicio Vasco de Salud por sectores.
Instrumentos que se verán reforzados si se aprueba el Proyecto de Decreto que regulará su estructura y funcionamiento. Una autonomía de gestión que no es real ya que los objetivos son marcados por la Administración y solo persigue la reducción del gasto.
Si a esto añadimos que la mayor Empresa Pública de la CAE incumple la Legalidad en cuanto a Planes de Igualdad o Estudios de Riesgos Psico Sociales, nos encontramos ante unas Direcciones que campan a sus anchas, que ningunean a la plantilla y a sus representantes, que incumplen Normativas de Contratación impunemente, etc.
Lo que la Sociedad Vasca necesita es una mayor inversión, especialmente, en el sector de atención primaria (al menos hasta llegar al 25% del presupuesto, ya que estamos solo en el 14%), en Salud Pública y en hospitales y camas de subagudos, para dar una atención de calidad y poder responder a las necesidades crecientes en salud de la población, cada día más agravadas por la crisis económica.
Una redefinición de las políticas fiscales, haciendo efectivo eso de que más pague el que más tiene.
Una Política basada en la Soberanía Alimentaria, de forma que acerquemos la producción local a las necesidades de nuestros Centros y Hospitales.
Unas Políticas Sociales orientadas a disminuir las desigualdades, factor de riesgo determinante en tantos procesos y que siempre se omite de los Planes de Prevención.
Una política de Contratación digna, que no sea fraudulenta, que incorpore, mediante OPEs en condiciones, a todas las categorías que hacen posible prestar un Servicio de Calidad.
En resumidas cuentas, un golpe de timón en la Gestión y Planificación de los últimos años.