ESK valora muy positivamente las jornadas de movilización de los pasados 26 de junio y 9 de julio. La plantilla de Osakidetza ha demostrado que, a pesar del cansancio provocado por las cargas de trabajo asumidas durante esta pandemia, el hartazgo y el enfado con unas Direcciones que les han dejado en la estacada es aún mayor, reflejándose en el éxito de las diferentes movilizaciones.
La unidad de acción sindical demuestra que, cuando va unida de un apoyo claro de la plantilla, da sus frutos; ahora nos toca seguir manteniéndola e impulsarla, para poder encarar un otoño que se nos presenta conflictivo.
Con unas Direcciones incapaces del mínimo dialogo con las plantillas y sus representantes, incapaces de garantizar las mínimas condiciones de seguridad en el trabajo diario, con una política de personal que se basa en la precarización y la falta de formación, no queda más alternativa que la movilización unitaria y sostenida en el tiempo.
Desde ESK exigimos a Osakidetza:
- Un aumento en la dotación presupuestaria dedicada a la Sanidad, con un fuerte incremento a la partida dedica a la Atención Primaria, llegado al menos al 25% del presupuesto.
- Incorporar a la plantilla los empleos ocultos en fraude de ley, consolidando al personal eventual.
- Reversión de todos los recortes, recuperación del poder adquisitivo, sustituir las ITs desde el primer día, cambio de modelo de Desarrollo Profesional que lleve aparejado el fin de la brecha salarial que el actual provoca, recuperación de las primas por jubilación anticipada.
- Reversión de todos los servicios privatizados, con el mantenimiento del empleo.
- Garantizar la Seguridad y la Salud de toda la plantilla, sin ningún tipo de discriminación entre categorías.
Para lograr estos objetivos, ESK considera imprescindible, desde la unidad de acción sindical, la continuidad de las movilizaciones más allá del verano; sólo una plantilla unida y decidida a enfrentarse a Osakidetza conseguirá estos y otros logros.